Aerófonos 03. El hidraulis

Mosaico con músicos y danzantes
Villa romana de Noheda, Cuenca
ss. III-IV EC

El pasado octubre 2019 tuve la enorme suerte de ser invitado por el Museo Arqueológico de Madrid para explicar una lucerna que tiene representada una escena en que aparece un hidraulis (hydraulis «órgano de agua» u «órgano hidráulico») dentro del ciclo "La pieza del mes", que este año 2019 está dedicado a "La música en el Museo". Pinchando sobre este enlace, podéis oír la entrevista en la que se me invitó a presentar la pieza.

Lucerna romana con órgano hidráulico
Península Ibérica
ca. 100 EC
Museo Arqueológico Nacional
[2006/52/198]


La ficha correspondiente de Ceres la comenta como una pieza con escena erótica, aunque no podemos realmente saber si es así o no. Son dos hombres muy juntos, posiblemente por la falta de espacio que hay en la lucerna, cuyo diámetro no llega a los ocho centímetros. Desconocemos su procedencia, por lo que realmente no podemos afirmar si esa escena es erótica o no, pero es un detalle que no viene al caso en esta página. Hay una muy similar en Bracara Augusta (Braga) datada entre el II y el III EC.

Lucerna con órgano hidráulico
¿atrib. MICCIVS?
Bracara Augusta ss. II-III EC
Estas dos lucernas romanas representan el hidraulis, un instrumento relativamente moderno, que alcanzó muchísimo éxito en el Mundo Antiguo. Posiblemente, su origen esté en el principio organológico de la siringa (Poll.4.70), un instrumento compuesto también por tubos de diverso tamaño, que suenan cuando les soplamos aire por presión.

Ateneo (4.75 [= 174b-c Olson]) comenta que, en cierto sentido, el órgano hidráulico tiene mucho que ver con la clepsidra. Este texto plantea varias posibilidades para la clasificación de este instrumento, pero finalmente el autor se decanta por la de que se trate de un aerófono, puesto que la presión del agua hacía que el aire entrara y saliera (ἐμπνευστὸν δὲ ἂν ἴσως ῥηθείη διὰ τὸ ἐμπνεῖσθαι τὸ ὄργανον ὑπὸ τοῦ ὔδατος). También en su descripción asegura que el instrumento parece un altar redondo, a la vez que explica que el hidraulis fue diseñado y construido en Alejandría por un barbero de profesión, gran apasionado por la ingeniería, de nombre Ctesibio, que vivió en época de Ptolomeo VIII Evérgetes II (s. II AEC), aunque Olson (2006:341, n. 299) cree que este dato es erroróneo y que, en realidad, se refiere a Ptolomeo II Filadelfo, que reinó durante el III AEC. Incluso, el texto nos viene a decir que Ctesibio enseñó a su mujer, Tais, a tocarlo. Ateneo duda de una noticia que había en su tiempo, en la que se decía que Trifón aseguraba en su tercer libro de Sobre la terminología (Περὶ Ὀνομασιῶν), en el que se discutía sobre tubos e instrumentos, que Ctesibio llegó, a su vez, a escribir un tratado sobre el órgano hidráulico Notas sobre mecánica (Ὑπομνήματα μηχανικά).

Desconocemos hasta qué punto ganó popularidad en un principio en Egipto, pero lo que está claro es que en la Roma imperial era un instrumento del que incluso Nerón hacía colección. Suetonio (De uita Caesarum 41.2.6-13) narra cómo recibía a algunos ciudadanos principales, incluso en momentos convulsos de su política, para despachar rápidamente los asuntos pendientes y pasar a mostrarles, uno a uno, un nuevo tipo de órganos hidráulicos, desconocido hasta ese momento, con la idea de que vieran las características de cada uno de ellos, llegando a pensar en hacer una exposición con toda su colección en el teatro.

El nuevo invento, del que también da cuenta Plinio el Viejo (Naturalis Historia 7.125), se podía denominar hydraulishydraulos o hydraulikón órganon, aunque algunas fuentes del s. III EC lo abrevian en hydra, mientras que, a partir del IV, a veces aparece simplemente como organum. Conocemos con relativo detalle la construcción del instrumento a partir de las descripciones de Herón de Alejandría (Hero Spir.1.42, que explica un modelo algo más avanzado), de Filón de Bizancio (en menor medida) y de Vitrubio (De architectura 10.8, que se centra también en su funcionamiento con todo lujo de detalles).

Conservamos distintas representaciones iconográficas, así como los restos de un órgano que se regaló a la brigada contra incendios de Aquincum, actual Budapest, el año 228 EC y que, ironías del destino, se quemó con el local donde estaba guardado. Aquí tenéis una fotografía de la reproducción llevada a cabo a partir de los restos encontrados, así como una grabación de cómo suena, pinchando este enlace:

Reconstrucción del órgano de Aquincum
Aquincum Museum

Este órgano constaba de cincuenta y dos tubos, distribuidos en cuatro filas de trece tubos cada una. El resto de los materiales usados serían madera, cuero y metales, bronce y cobre fundamentalmente. El órgano tenía, además, una inscripción dedicatoria:

Cayo Julio Viatorino,
decurión de la colonia de Aquinco,
prefecto licio del Colegio
de Textiles, este órgano al Colegio
antes mencionado de su propio dinero como regalo
entregó, siendo Modesto y Probo cónsules
(trad. propia)

También conservamos uno en relativo buen estado, conocido como el órgano de Dión, puesto que se encontró allí y en su Museo Arqueológico está expuesto. Este es un poco anterior al de Aquincum. Pertenece al s. I EC:

Órgano hidráulico
s. I EC
Museo Arqueológico de Dión


A partir de las referencias textuales, de la evidencia iconográfica y de los restos del órgano que acabamos de describir, sabemos que el sonido se producía por el aire que atravesaba los tubos de bronce, colocados, de izquierda a derecha, de mayor a menor, hecho que nos permite deducir que las notas más graves estaban situadas a la izquierda del teclado, mientas que las más agudas estarían a la derecha del mismo, como en nuestros actuales instrumentos de tecla. Los tubos estaban colocados en vertical con respecto al teclado. A pesar de que el órgano de Aquincum presenta sólo cuatro filas de tubos, Vitrubio nos llega a hablar de algunos ejemplares con seis o incluso ocho filas. Los tubos de una de las filas estaban cerrados por arriba, mientras que todos los demás estaban abiertos y se podían conseguir distintos sonidos abriendo o cerrando registros con controladores (plinthides) que poseía en sus laterales, al igual que los órganos actuales.

Vitrubio (10.8) explica su funcionamiento, aunque, como él mismo dice, su explicación es complicada porque la materia es oscura. Viene a ser como sigue:



Mediante la acción mecánica de dos palancas, se accionan los pistones de los laterales, que, al descender dejan entrar aire en sendas cámaras, para, al ascender, hacerlo llegar al cuerpo principal donde se almacenaba el agua. Esta ascendía por efecto de la presión del agua, momento en el cual el aire habría alcanzado la presión deseada para poder comenzar a ser distribuido al cuerpo superior, desde donde escaparía a través de cada uno de los tubos, según se pulsara la techa correspondiente. Es decir, en realidad no es un instrumento que funcione por fuelles, sino por un compresor de agua y unos pistones. Podéis verlo en el siguiente vídeo:


Asimismo, podéis verlo en funcionamiento en esta reconstrucción llevada a cabo en Bath:


Desconocemos si los tubos llevaban lengüetas, que harían una función similar a la caña del auló, o si, por el contrario, funcionarían como los de la siringa. No se han conservado vestigios que puedan ayudarnos a afirmarlo. El sonido variaría de uno a otro tipo, siendo más intenso y punzante el del primer tipo. Vitrubio (10.8) habla de lingulae, de modo que cabría la posibilidad de que algunos de los tubos las tuvieran. De ese modo, los registros del instrumento aumentarían considerablemente.

En todo caso, el volumen de sonido del instrumento debía de ser bastante grande, de manera que llegó a convertirse en el más apropiado, junto con los aerófonos de metal, para esos grandes espacios en los que se utilizaba, como podían ser el Circo Máximo o el anfiteatro Flavio de Roma. Veamos algunos ejemplos iconográficos que han llegado hasta nosotros, además del que aparece en el maravilloso mosaico de Noheda con el que se abre esta página:

Hidraulis y salpinge
Terracota alejandrina
s. I AEC
Musée du Louvre
[CA 426]



Órgano hidráulico
Detalle de sarcófago
s. I EC
Museo della Civiltà, Roma

Órgano hidráulico, con tuba y cornua
Mosaico de la Villa Dar Bur Ammera
s. I EC
Museo Arqueológico de Trípoli

Órgano hidráulico con cornu
Mosaico romano
Villa de Nennig, Alemania
s. II EC

Lucerna romana con forma de hidraulis
Principios s. II EC
Musée Lavigérie de Saint-Louis, Cartago

Lucerna romana
175-200 EC
Nationalmuseet Copenhague

Aquí tenéis una reconstrucción que se presentó en Arqueomúsica 2017, en Valladolid:

Reconstrucción de hidraulis de Aquincum
por J. Willberg / ÖAW
(fuente: autor)

Ya para terminar, me gustaría compartir con vosotros algunos vídeos de reconstrucciones del instrumento, para que podáis oírlo. En este, podéis ver a Julius Willberg tocando una pequeña obra de nueva composición sobre la reconstrucción del órgano de Aquincum de la fotografía anterior:


En este otro vídeo, podéis observar cómo funciona el sistema de palancas que alimentaba con aire el instrumento:


Aquí podéis oír el famoso Epitafio de Sícilo, que se conserva en el Museo Arqueológico de Copenhague (inv. 14897) sobre un pedestal que debió de pertenecer a un túmulo funerario:


El órgano hidráulico tuvo una vida relativamente corta, porque era un instrumento pesado, debido al agua que contenía, y que se estropeaba con facilidad, puesto que se oxidaba rápidamente, se congelaba, podía tener goteras, etc., así que se ideó otro tipo, origen del órgano tal y como lo conocemos en siglos posteriores, accionado por un fuelle. Este otro tipo ganó, además, en volumen, tal y como dice Claudiano (Claud.Carm.17.316-319), era más fácilmente transportable y podía adquirir tamaños mucho más espectaculares (Amm. Marc.14.6.18). La primera representación que poseemos de este tipo de órgano pneumático es la que se puede ver en la base del obelisco de Teodosio, que colocó en el 390 EC el emperador en el Hipódromo de Constantinopla:

Base del obelisco de Teodosio en Constantinopla
detalles (izq.)
390 EC
(fuente: autor)

A pesar de su desaparición, las grandes fortunas del Renacimiento volvieron a ponerlos en funcionamiento para sus palacios, aunque se fueron estropeando con el paso del tiempo. Hoy podemos disfrutar de uno de aquellos órganos hidráulicos, gracias a la reconstrucción que se ha hecho del que hay en los jardines de la Villa d'Este, en Tivoli. Este órgano funciona por la propia acción del agua, sin que haya nadie al teclado. Espero que os guste:



Unos meses después de haber escrito todo lo anterior, he descubierto –confieso que lo desconocía–, que en el Real Alcázar de Sevilla contamos también con un ejemplo de órgano hidráulico:




Referencias y bibliografía recomendada

Olson, S.D. (2006). Athenaeus. The Learned Banqueters. Books III.106e-V. Cambridge, MA: Harvard University Press.

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