Cordófonos 04. La cítara

Safo y Alceo
L. Alma-Tadema
1881
The Walters Art Museum
[37.159]

La cítara es, sin duda alguna, el instrumento más complejo de todos los cordófonos de la Grecia antigua. Se trata del aquel que empleaban los profesionales en las competiciones de cualquiera de los principales festivales helenos: los Píticos, en Delfos, los Nemeos, en Nemea, los Ístmicos, en Corinto, y los Olímpicos, en Olimpia, además, por supuesto, de los llevados a cabo en Atenas y en los festivales menores de la región de Ática.

(fuente: autor)

En Homero aparece citado un instrumento llamado kítharis, pero, hasta la fecha, desconocemos de cuál se trata. Conocemos un fragmento del Libro Sobre los instrumentos (Περὶ ὀργάνων), de Aristóxeno (fr.102 Wehrli), citado por Ammonio (Diff.271), en que se nos dice que la kítharis y la kithára son distintos, pues, –dice el autor–, la kítharis es la lira y los que la usan se llaman kitharistai, «citaristas», aunque él los llama lyrōdai, mientras que la kithara es la que usa el kitharōdós, «citaredo». Obviamente, no nos saca de ninguna duda. No obstante, Ammonio es un historiador tardío (ss. I-II EC) y no sabemos hasta qué punto puede ser una fuente fiable al cien por cien, puesto que desconocemos si tuvo acceso al tratado de Aristóxeno o si, por el contrario, habla de oídas.

En todo caso, parece que es un desarrollo heleno a partir de la lira. Pseudo Plutarco (Plu.De mus.1133B-C) da la noticia de que la cítara consiguió su forma definitiva en tiempos de Cepión, un discípulo de Terpandro según nuestro autor y al que Pólux (4.65) adscribe el nomos llamado «de Cepión» (parece una explicación etiológica ad hoc). Sin embargo, aparte del carácter histórico, bastante dudoso, de esta cita, el propio Ps. Plutarco viene a decir que, dado que fue usada por los citaredos lesbios debido a la proximidad de la isla con Asia, tomó el nombre de «asiática». Creo que, en este caso, está habiendo un cruce entre la cítara y el bárbito (cf. página sobre este instrumento), muy habitual en los textos antiguos.

Su tamaño hace que gane en calidad, siendo más sonoro y generoso. Suele ser un instrumento que, salvo raras excepciones, es tocado por Apolo, a diferencia de otros dioses, que suelen tañer la lira de caparazón de tortuga. Aristóteles (Arist.Pol.1341a.18) lo considera inapropiado para la educación, al igual que el auló, por tratarse de un instrumento profesional (τεχνικὸν ὄργανον). Los intérpretes de este instrumento son llamados citaristas (κιθαρισταί) o citaredos (κιθαρωδοί), dependiendo de si la ejecución se acompañaba de canto (citaredos) o no (citaristas).

Aquí tenéis un vídeo sobre su reconstrucción en un taller de luthiers especializados en instrumentos de la Antigua Grecia:



El instrumento suele aparecer apoyado sobre el hombro izquierdo, en una posición prácticamente vertical e, incluso, a veces con el peso ligeramente sostenido sobre el hombro y pecho del intérprete, que suele ser representado de pie. Todo lo dicho en la página dedicada a la lira en este blog con respecto a la técnica de ejecución y al número de cuerdas es aplicable también a la cítara.

El instrumento es de gran belleza. La iconografía es bastante uniforme, con dos brazos (πήχεις) arqueados, en cuyo interior hay dos semicírculos metálicos llamados angones (ἀγγῶνες, «codos»), sobre los que descansa la tensión que producen las cuerdas en el yugo (ζύγον). Su caja de resonancia ya no tiene la forma de la lira o del bárbito, sino que tiene una base plana, sobre la que se extienden dos paneles paralelos de madera, no sabemos si abombados o no. De ella salen los dos brazos, tal y como se ha explicado antes, sobre los que se apoya el yugo, al que van sujetas las cuerdas. Este último tiene, como se puede observar, un par de piezas semicirculares que ayudaban al intérprete a modificar el sonido del instrumento. El extremo superior de los brazos debía de ser móvil con toda seguridad, para proporcionar diversos efectos al sonido. Hasta no hace mucho, la arqueología consideraba que eran meros elementos decorativos, pero, como podréis comprobar en el siguiente vídeo, las capacidades sonoras de la cítara son mayores que las de las otras liras de la antigua Grecia. Podéis observar algunas de sus particularidades técnicas, como portamentos (02'05'') o vibrato (a partir de 03'05''):



Aquí tenéis otro vídeo en el que el profesor Stephan Hagel muestra otras posibilidades de la cítara. Podréis ver cómo se apoya en el hombro del intérprete gracias a una cinta que se enrolla en torno a su muñeca izquierda, así como las diferentes posibilidades que ofrece el uso del plectro en combinación con la mano izquierda, que puede apagar determinadas cuerdas o también usarse para contribuir melódicamente a una obra:



Es muy común verlo en manos de los concursantes en los festivales, ataviados con ricas ropas, a veces ya coronados, y subidos a un podio, frente al cual en muchas ocasiones podemos ver al juez, que determinará quién debe llevarse el premio.

Citaredo
atrib. pintor de Brigo
490-470 AEC
Museum of Fine Arts, Boston
(fuente: autor)

Cantante con auleta (dcha.) y citarista (izq.)
Pélice ateniense de figuras negras
Bari
525-475 AEC
New York Metropolitan Museum
[07.286.72]
(fuente: autor)

Ánfora con citaredo (izq.) y rapsoda (dcha.)
ca. 490 AEC
New York Metropolitan Museum
[56.171.38]
(fuente: autor)

También es frecuente, tal y como hemos dicho arriba, verlo en manos del dios Apolo:

Boda de Tetis y Peleo (Il.24.63)
Ánfora de figuras negras
atrib. pintor de Exequias
ca. 540 AEC
New York, Metropolitan Museum
[17.230.14a]

García López, Pérez Cartagena y Redondo Reyes (2012:130) nos recuerdan que, dado el carácter profesional de este instrumento, sólo era tañido por hombres, a diferencia de los demás. Sólo en época más tardía hay testimonios de que se incorporó al mundo femenino.

Referencias y bibliografía recomendada

García López, J., Pérez Cartagena, F.J., y Redondo Reyes, P. (2012). La Música en la Antigua Grecia. Murcia: Ediciones de la Universidad de Murcia.

Michaelides, S. (1978). The Music in Ancient Greece. An Encyclopaedia. London: Faber and Faber.

Sachs, C. (1942). The History of Musical Instruments. London: Dent & Sons.

West, M.L. (1994). Ancient Greek Music. Oxford: Clarendon Press.



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